Él
El punto central no soy yo, es Dios.
La historia de la humanidad comenzó en Él, en Su corazón, desde Su creativa creación…
Los pueblos y las generaciones se fueron formando a través de Su misericordia
Un hombre llamado Enoc decide dejar todo lo demás en segundo plano para caminar junto a Dios durante 365 años y luego no conocer la muerte..
Otro hombre de nombre Noé adopta como única determinación el creer por fe y no por vista que el Mundo entero sería inundado a pesar de que jamás en su vida había visto llover.
Por otro lado, más adelante Abraham escucha la promesa de Dios al decirle que a través de él serían benditas todas las naciones de la Tierra.. y su descendencia sería como las estrellas del cielo.. eso, proclamado y profetizado justamente a una pareja de ancianos que no podría tener hijos..
Si seguimos analizando cada historia bíblica podemos asombrarnos y deleitarnos en la fascinante forma en que Dios traza los caminos de cada hombre y mujer, como Él cumple Sus propósitos rompiendo todo esquema natural, toda concepción cultural, toda idea preconcebida cae rendida, se desploma ante la Majestad de Dios.
Él es el Autor de nuestra fe, de nuestra historia de vida.
Dios no se mantiene al margen de nuestras vidas, Él no es un mero espectador del desarrollo histórico de la humanidad.. NO!
Él es el principio y el fin.
Él es el primero y el último.
Él es el Alfa y la Omega.
Él es el que vendría, vino y ha de venir.
Él es el prometido, el que prometió, cumple y cumplirá.
David afirma a través de uno de sus salmos:
«Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de Sus manos..»
(Salmo 19:1)
Que maravilloso es reconocer que NADA somos ni nada SERÍAMOS si no fuese porque DIOS nos sustenta.
Él es el único digno de ser admirado, glorificado, ovacionado.. nuestros labios deben honrar Su Nombre al comprender lo GRANDE que es Él, lo FABULOSO que es conocerle, y más aun que sea Él quien viene a habitar en nuestros corazones.
Es TRASCENDENTAL comprender Su importancia en la historia de la humanidad, Su control del Universo, Su magnificencia y dominio de todo lo que nos sucede.. Su autoridad en nuestras vidas, Su soberanía en nuestros corazones, Su ETERNIDAD como Dios.
Podemos resumir esta profunda verdad al decir:
«Él es el Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él. Ya que es el Señor del cielo y de la tierra, no vive en templos hechos por hombres, y las manos humanas no pueden servirlo, porque él no tiene ninguna necesidad. Él es quien da vida y aliento a todo y satisface cada necesidad. De un solo hombre creó todas las naciones de toda la tierra. De antemano decidió cuándo se levantarían y cuándo caerían, y determinó los límites de cada una.
Su propósito era que las naciones buscaran a Dios y, quizá acercándose a tientas, lo encontraran; aunque él no está lejos de ninguno de nosotros. Pues en él vivimos, nos movemos y existimos. Como dijeron algunos de sus propios poetas:
“Nosotros somos su descendencia”
(Hechos 17: 24-28)
Mi deseo, mi oración, mi invitación ahora es que esta reflexión sirva para que Su nombre quede más grabado en Tu corazón, y tu corazón se inspire y motive a conocerlo, añorarlo, desearlo mucho mucho más!
Para que junto a mí puedas declarar:
Sí, yo le amo!