Segundo paso: ¡Cuidado con los botones emocionales!
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Sigue siendo «tema» las cosas que suceden en el corazón, especialmente en esta época del año..
Estas semanas he entrevistado a varios amigos en relación al tema del amor y cómo ellos descubren que están enamorados o interesados más de lo común en una chica.
Querido lector/a:
Quiero ser muy sincera contigo en relación a tus sentimientos, y tu corazón..
Luego de tantear terreno (lee más en «Primer paso: Tanteando terreno«) y de descubrir que estamos en presencia de una persona especial, comenzamos a invertir tiempo importante en conocerlo/a.
No hay problema en que así sea, al contrario.. es necesario que descubras quién es realmente la persona que está frente a ti, sin embargo quiero advertirte algunas cosas.
Si comienzas a darle demasiada exclusividad, si tu tiempo con él/ella es más que con el resto de tus amigos, si tu preocupación y ocupación comienza a centrarte en esa persona, incluyendo: oraciones, conversaciones, pensamientos, sueños y demases.
¡CUIDADO!
Si no existe un compromiso declarado de por medio, estás comenzando a apretar los botones emocionales que despertarán a tu corazón, y una vez que este es despertado.. créeme! toma harto tiempo volverlo a adormecer.
Necesitas pedirle a Dios sabiduría en este punto de la incipiente «relación»:
Claridad para descubrir cuáles son las verdaderas intenciones de la otra persona. Sinceridad para poder definir lo que tú realmente estás buscando. Fortaleza y madurez para decidir cuánto es el tiempo necesario que invertirás en esa persona.. porque querido amigo/a, Dios nos enseña que es IMPORTANTÍSIMO cuidar nuestro corazón, no debemos exponerlo a riesgos, golpes y sufrimientos innecesarios.
¿Entonces qué hago?
No dejes de orar, no dejes de invertir en tu relación con DIOS, en pasar tiempo con tu familia y amigos.
No descuides tus prioridades por estar con tu mente en las nubes, recuerda que una relación sana, equilibrada y basada en el compromiso te dará seguridad, paz, y te mantendrá siempre con los pies en la tierra, consciente de tu realidad y de la realidad del resto.
Como una vez una amiga me aconsejó: «Sigue tu corazón, pero lleva tu cerebro contigo»
El salmista calma nuestros corazones con las siguientes palabras de confianza:
«Entrégale a Dios tu amor, y Él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en Sus manos, confía plenamente en Él y Él actuará en tu favor. Calla en presencia de Dios, y espera pacientemente a que actúe..»
(Salmo 37:4,5,7a)