Cara y Sello
Hace un par de días atrás estaba de regreso a mi casa, iba en el autobús luego de una larga mañana en la Universidad, como siempre iba leyendo un libro en el trayecto mientras escuchaba música en mi mp4..
De un momento a otro me dí cuenta que ya estaba cerca del lugar de bajada, le pedí permiso al jóven que estaba a mi lado, y cuando me levanté del asiento sentí que algo me faltaba…
Le manifesté al chofer dónde debía parar, cuando busco mi mp4 en el bolsillo.. y.. ¡NO ESTABA!
Comencé a mirar por todos lados.. si se me había caído por ahí… la velocidad del autobús comenzó a decender y yo aun me encontraba en la búsqueda incesante…
En eso reacciono y veo que alrededor mío ya habían unos 4 o 5 pasajeros que estaban mirando para todos lados buscando lo que se me había caído, sin siquiera saber de que se trataba..
Una señora me preguntó que era exactamente, a lo que respondí: Perdí mi mp4!
Rápidamente todos comenzaron a buscar… a todo esto el autobús ya se había detenido y el chofer me preguntó: Señorita, ¿se va a bajar aquí o no?
Le respondí: sí, sí.. espéreme un momento…
Entonces la señora me dijo: ¡Aquí está!
El jóven que estaba al lado de ella dijo: «Ufff! que bueno que lo encontraste!», con una sonrisa en el rostro.
Les agradecí sonriéndoles, e incluso el chofer manifestó su alegría por el hallazgo…
Por otro lado, hoy estaba haciendo algunas compras en el supermercado, dentro de los productos que llevaba habían alimentos «dulces» que no podía pagar con una tarjeta, sino solo en efectivo (Para los que tienen SODEXO entenderán de que se trata)…
Estando allí, la cajera sin siquiera decir un: «Buenas tardes, hola» o al menos una sonrisa de cortesía, me dijo: ¿Con qué va a pagar?, respondí: «Emm… Tarjeta.» ¿Qué tarjeta?- «Sodexo» – Respondí extrañada – a lo que respondió tajántamente: «Señorita, eso no lo puede llevar con la tarjeta» Con un tono áspero, casi burlón…
Entonces sin pensarlo dos veces le dije: «Sí, lo sé, lo demás lo pagaré en efectivo» Le pasé los productos y le dije: «Hola», sonriéndole. Ella no dijo más, hasta que al finalizar la compra le agradecí. Durante todo el tiempo no se atrevió a mirarme, ni menos agradecer.
Como si hubiese cometido un delito, creo que le molestó mi amabilidad, mi constante sonrisa.
Como puedes ver a veces en la vida nos encontramos con esta clase de situaciones, por un lado un grupo de personas que comparten contigo una preocupación, se interesan en ayudarte desinteresadamente, y comparten tu alegría ante tus éxitos.
Sin embargo, existen otras personas que buscarán la forma de quitarte la sonrisa, de hacerte sentir inferior, o querrán arruinar tu día compartiendo sus propias preocupaciones o insatisfacciones de la vida.
Sea como sea, esos dos lados de la moneda SIEMPRE estarán, pero en tus manos estará la decisión de enfrentar cada día de una forma especial y significativa, o rutinaria y poco trascendente.
Conservando el Gozo de la Salvación que Dios te ha brindado, y calmando tu corazón con Su paz, pase lo que pase las experiencias te enriquecerán y te harán crecer.
Mary
24 septiembre, 2012 at 4:32 pm
Entiendo lo de Sodexo, mi hermana tiene la tarjeta y cuando la he acompañado a hacer compras he visto esa situacion tambien,.Muchas gracias por compartir esta reflexion, ha sido de bendicion leerla en esta mañana , me recordo el versiculo: No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:21 ;). Dios te bendiga grandemente Kary