Crea en mi un corazón limpio que te agrade
Debiéramos ser como el ARMIÑO que se cuida a sí mismo para no mancharse. Los cazadores cubren con barro la entrada de la cueva y cuando éste llega a su vivienda, en lugar de ensuciarse para salvar su vida, por no manchar su piel prefiere ponerse a luchar contra los perros de caza. De esta manera, por mantenerse limpio, el armiño pierde la vida. En este día procuremos no ensuciarnos del pecado y tener un corazón limpio donde Cristo pueda morar.
para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
1° Tesalonicenses 3:13