Juan Luis Guerra – “Testimonio”
Ya ha pasado muchísimo tiempo desde el último festival de Luis Palau que se realizo en mi ciudad, allá por noviembre del 2001. He realizado mi mejor esfuerzo para recordar todo lo que se vivió ese día, pero creo que las 140 mil personas que se hicieron presente ese día y mis 17 años de aquella época me han mareado un poco en mis recuerdos. Pero un mini reporte de lo que sucedió ese día, fue una gran fiesta, donde realmente Dios se hizo presente haciendo que 6.000 personas se acercaran a sus pies para aceptarlo a El cómo su salvador.
En las primeras canciones pasaron Andrea Francisco, Miguel Cejas y Semilla de Mostaza. Luego el mensaje de Luis Palau invitándolo al Gordo Porcel para contar su testimonio, y finalizando el mensaje con una invitación para aquellos que querían aceptar a Cristo en su corazón. Antes de finalizar la noche pasaron por el escenario, Michael Rodríguez, Juan Luis Guerra, Puerto Seguro y Rescate. Salvo con Juan Luis Guerra para lo demás salte alocadamente, como el adolescente que solía ser. Creo que era un poco alocado y un tanto tocado de la cabeza, hoy solo me queda reírme de aquellos momentos y seguir riéndome al verme hoy en día que hace 2 meses que mi rodilla no mejora, impidiéndome caminar como corresponde. Ayer el rumor de cirugía se ha hecho más fuerte, y por más que me dé una cierta nostalgia trato de aprovechar este momento para aprender del presente, descansar en mi caminar, oír a mi Padre y aprovechar cada oportunidad para encontrar la mano de mi Dios en medio de toda esta situación. Para ser sincero no es fácil, pero lo intento en cada pasito que se va dando, en el día a día.
Hoy no tratare de armar todo una historia de algo que sigo viviendo sino el recordar ese hermoso festival, donde lo que principalmente no fue el No Es Cuestión De Suerte traído por Rescate, o el Otro Color que propuso Puerto Seguro, y tampoco lo fue el Activa Tu Fe que trajo bajo la manga Michael Rodríguez, sino fue el dominicano Juan Luis Guerra, con una simple canción, llamada Testimonio… Cuando su guitarra comenzó a llenar a callar el silencio de ese lugar, rápidamente sentí como que todas las personas desaparecieron y solo era Juan Luis Guerra, la guitarra and me. Un profundo vacio se produjo apenas pude reconocer el tema que iba a tocar.
¿Por qué paso ello? Porque a pesar de ir siempre a una iglesia, los primeros años de adolescencia no lo dedique completamente a nuestro Creador, y a pesar que no hacia muchas cosas malas o como para que algún cristianoide se arranque las vestimentas, mi corazón estaba lejos de mi verdadero hogar, de mi Padre. Una de las cosas que más cambio en mí al volver a mi Hogar, a los brazos de Él, fue el de dejar de escuchar música que secular.
Más allá de pensamiento tan diverso que hay en la iglesia (y miembros de ellas) al respecto, al menos quise darle mi corazón, y con ello toda la música que escuchaba. Todos los gustos personales fueron puestos en Sus manos, dado que solía levantarme escuchando rock nacional u algo de rock alternativo, y terminaba mi día escuchando alguna radio donde pasaban un poco más de música tranqui, como para bajar los decibeles. Pero casi como un mimo de parte de Dios, en los días que estaba mal (porque en mi adolescencia también tuve días en donde me acompañaron sabores amargos) esa guitarra comenzaba a sonar y ese tema en más de una ocasión hizo ponerme de rodillas y llorar profundamente. No oraba, no le decía nada dado que a pesar de ir desde la infancia no tenía relación con El, pero algo pasaba por dentro donde las fortalezas construidas se derribaban, mis rodillas se debilitaban y mi corazón comenzaba a sentir el cálido abrazo de mi Padre.
¿Para qué conté todo esto? Aun no lo sé, solo que al publicar esta hermosa canción, no podía dejar de recordar esos momentos de mi adolescencia. Ya ha pasado mucho tiempo y aunque la imagen en mi memoria comienza a ser un tanto difusa, en mi corazón se lo sigue recordando como de una manera tan viva, como si hubiera sido ayer.
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No necesito pastillas para dormir
Si estás conmigo
Todos los sueños florecen
Cuando me hablas al oído
No necesito millones
Ni acorralar los corazones
Y sólo en tu cafetera
Todo el cielo enamorado se cuela
No necesito decirte 2,500 veces
Multiplicado por 7
Que te espero noche y día
Que me disculpen los sabios
Pero la sabiduría
Duerme detrás de tu oreja
Y no en Grecia
Como la historia creía
Ábreme la noche y ven a ver
Cómo te puedo querer eternamente
Cúrame la sombra al caminar
Que se corre si no estás
No necesito violines
Pizzicatos en el pecho
Eres todo mi concierto
La más bella sinfonía
Que me disculpe el poeta
Pero toda la poesía
La encuentro sobre un madero
Y me verso con tus rodillas que riman
Ábreme la noche y ven a ver
Cómo te puedo querer eternamente
Cúrame la sombra al caminar
Que se corre si no estás