Como todo fin de año, estos días he estado haciendo un recuento de todo lo vivido durante el año. Comenzando por abrir una puerta que tenía clausurada desde hace varios años.. ahí albergaba decepciones, penas y sueños trizados, especialmente a lo que concierne al tema amoroso.
De alguna forma u otra he estado en una búsqueda desesperada por encontrar el «amor verdadero», gracias a Dios los daños han sido menores, porque Él ha sido un Padre protector y fiel, pero no te puedo negar que mi corazón si ha salido herido y siempre es bueno pedirle al Creador que te obsequie uno nuevo.
La cuestión aquí es que he estado repitiendo un modus operandis erróneo: buscaba el «PERFECTO amor verdadero»
Mi búsqueda se transformó literalmente en una lista de cotejo en donde enumeré las cualidades que debía tener aquel personaje para que encajara en mi ideal que construí desde pequeña.
Aprovecho este medio para disculparme con todos aquellos chicos que me han conocido, y que han descubierto mis altas expectativas en cuanto al género masculino y que de alguna forma u otra se han sentido «inmerecedores» o que han considerado que son incapaces de llegar a ser lo que yo proyectaba que debían ser.
Estos días me han servido para darme cuenta de mi gran error, y como mi perfeccionismo y maniático control de las cosas me han llevado a esperar algo que no sucederá.
Aclaro, que no se trata de que he dejado de creer en el «amor verdadero» o que estoy tan dañada que me haré monja de convento. No, esto es mucho más allá, me he visto reflejada ante la Palabra de Dios y me he hallado falta, carente y necesitada de Su gracia en demasía! por lo que una chica como yo no puede esperar a un chico perfecto, porque CLARAMENTE yo NO soy una chica perfecta, y porque el concepto de perfección solo encaja como cualidad para designar a Dios y Su amor por nosotros.
Enumeré en mi mente la lista de características que relata 1 de Corintios 13:
– El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable.
– El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie.
– No es orgulloso.
– No es grosero ni egoísta.
– No se enoja por cualquier cosa.
– No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.
– No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad.
– El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo.
… y como te darás cuenta descubrí que el AMOR NO ES PERFECTO!
No imaginas el peso que me saqué de encima, porque a veces nos afligimos por querer ser humanamente personas aptas para otras, cuando en realidad lo que la Biblia nos relata con claridad es:
«En cuanto a Dios, perfecto es Su camino»
(Salmo 18:30)
La forma de obrar de DIOS es perfecta, Sus designios, Sus planes, Sus propósitos, Su modus operandis, Su soberanía en nuestras vidas, y Su plan maestro en cuanto a la historia de amor en la que seremos protagonistas ESO sí es PERFECTO, porque proviene de Él.
Quizás no he descubierto un yacimiento de petróleo, ni nada similar pero deseo de todo corazón que esta verdad reveladora que ha venido a traer paz a mi corazón pueda provocar lo mismo en el tuyo.
Bienvenidos a la ley de la imperfección en donde Dios actúa perfectamente.