Oración de Max Lucado por las victimas de Connecticut
Querido Jesús:
Que dicha el que hayas nacido de noche, este mundo parece tan oscuro. Es fácil para mí ver la luz del alba. Pero cada vez es más difícil encontrarla. Estas matanzas, Señor. Estos niños, Señor. La inocencia violada. Maldad pura demostrada.
El mundo entero está al borde. Ligero gatillo. Encendido en coraje. Escuchamos amenazas de armas químicas y bombas nucleares. ¿Acaso estamos a solo presionar un botón de aniquilación total?
Tu mundo parece un poco más oscuro esta Navidad. Pero, Tú naciste entre la oscuridad, ¿verdad? Tú viniste en la noche. Los pastorcillos eran empleados nocturnos. Los sabios de oriente seguían una estrella. Tus primeros llantos se escucharon en las sombras. Para ver Tú rostro, María y José necesitaron la luz de un candil. Estaba oscuro, oscuro con los celos de Herodes. Entenebrecido con la opresión Romana. Oscurecido con pobreza. Oscuro con violencia.
Herodes enloquecido, matando a los bebes recién nacidos. José Te llevó a Ti y a Tú mama a Egipto. Tú fuiste un inmigrante antes de que fueras Nazareno.
Oh, Señor Jesús, Tú entraste al mundo oscuro de Tus días. ¿Por qué no entras al nuestro? Estamos exhaustos del derramamiento de sangre. Nosotros, somos como los Sabios de Oriente, estamos buscando una estrella. Nosotros, Como los pastorcillos, arrodillados al borde de un pesebre.
Esta Navidad, te lo pedimos, sánanos, ayúdanos, nace de nuevo en nosotros.
Con Esperanza,
Tus Hijos