Reivindicación
Si tuviese que sacar las cuentas, llevo literalmente 20 años y días dentro de Tierra Santa, siendo rodeada por la Amada Iglesia, Esposa del Cordero…
Desde el año 2003, 26 de Octubre para ser exacta tuve la alegría TREMENDA! de confesar públicamente que Jesús es el Salvador de mi vida, que se transformaría en mi Señor, y que servirle era la pasión de mi alma.
Ese día simplemente obedecí al mandato, pero desde muchísimo antes Dios me había enamorado.
Y sí. Esa Amada se había vuelto mi vida. Añoraba estar en cada culto, cada vez que un predicador entregaba el mensaje, me sentía tan atravesada, que sentía que me desarmaba por dentro, entonces corría para postrarme ante la Verdad del Señor y declarar que necesitaba más y más de Él.
La Iglesia se había transformado en mi necesidad… en el lugar en donde me sentía en casa, envuelta en amor, en paz, en comunión. Ya no importaba más si éramos de familias distintas, con diferentes apellidos, colores, estilos de vida, niveles de educación… al cruzar los atrios del Templo, TODOS éramos UNO, y ese milagro ocurría gracias a ÉL.
Pero un día desperté temprano en una mañana de domingo, sabía que una vez más estaría junto a «Ellos»… pero extrañamente esta vez algo estaba sucediendo dentro de mí. Caminé lentamente hasta el Templo, crucé ese mágico atrio, saludé a cada hermano, cada hermana…
Me senté en la banca, en primera fila, donde siempre… oí al predicador hablar, oí un par de «amén», oramos, cantamos, nos levantamos, nos despedimos, ahh… si, ofrendamos, ¡¿cómo olvidarlo?!… para luego estar abriendo nuevamente los ojos muy temprano en la mañana, recordando que había llegado un nuevo día de reunión…
ALTO! ¿Qué había sucedido aquí…?
Les continuaba amando, y creo que esta vez maduramente, con conocimiento de causa, sabiendo que éramos TODOS imperfectos, y pecadores, pero REDIMIDOS por la Gracia del Señor… Sin embargo algo había sido robado, algo había sido quitado.
Y un celo en mi interior se despertó, al ver a la Amada dejando de interesarse en el Novio… viéndola distraída cuando Él hablaba, oyéndoles murmurar y cuestionar Sus Palabras, Sus obras, Sus decisiones…
La vi enorgullecida de quien era, de lo que había alcanzado… y poco a poco menos rasgos de Él estaban en ella…
Directamente y derechamente dime la verdad…
¿No sientes que algo está pasando, que algo no anda bien…?
¿Acaso no tienes la sensación de que nos cambiaron la versión de la Serie, calcularon mal las páginas y estamos leyendo el libro equivocado u oyendo una sintonía desconocida?
Lo menos que quiero es criticar a la Amada, porque la Amo, y porque soy parte de ella… Pero me duele el corazón. Hay un gran dolor en mi alma, al sentir que cada vez veo menos del Señor en nosotros, Su reflejo se está desvaneciendo.
RETROCESO.
OLVIDO.
CEMENTERIO.
RELIGIOSIDAD.
En eso pienso al ver, al oír, al ser parte HOY! de la Amada Iglesia…
¡BIENVENIDO A LA REALIDAD!
Querido/a lector: LA NOTA NO TERMINA AQUÍ.. continúa!
Hay 3 caminos claros para enfrentar esta realidad:
1.- No hagas nada. (Es el más fácil, barato, y aparentemente simple) Ahora… te advierto que está lleno de egoísmo, fingimiento, y deslealtad.
2.- ¡Vete! Olvida lo que un día oíste, decepciónate de la Iglesia, de la religión, de lo que el pastor, líder hizo o dejó de hacer… (Es más difícil pero no es imposible, requiere de un poco más de coraje) Pero está lleno de absurdos y vanidad. Junto con egocentrismo, e infidelidad con quién te ha SALVADO, el AUTOR Y CONSUMADOR DE TU FE.
3.- Involúcrate en la Misión S.O.S de Reivindicación. (Es la más compleja, requiere tiempo, esfuerzo, valentía, determinación, constancia, etc.) más SIN LUGAR A DUDAS demuestra AMOR, PERSEVERANCIA, LEALTAD, FE, CONVICCIÓN en que DIOS NO se equivocó al instituir la Iglesia y al afirmar las siguientes palabras:
«Sobre esta piedra (Jesús) edificaré mi Iglesia, y las puertas del reino de la muerte, no prevalecerán contra ella» (Mateo 16:18)
Yo he escogido la 3era opción asumiendo el costo de lo que esto significa.
– Seguirán existiendo «charlatanes» que se hacen llamar «ministros de la Palabra»
– Continuarán los GRANDES y PEQUEÑOS intentos por derrocar a la Iglesia, ensuciándola, contaminándola, involucrándola en falsedades. Sin embargo te aclaro 2 cosas: Serán intentos FALLIDOS, y la IGLESIA PREVALECERÁ.
Porque no la creaste ni tú ni yo.
Porque no depende de lo que hagamos o dejemos de hacer.
Porque aunque parezca desaparecer y morir, resucitará en otra parte del Mundo.
La AMADA es por quien Jesús volverá a rescatar.
O eres parte de ella, o la ves levantarse gloriosa.
Ni siquiera sé cómo hemos llegado hasta este punto… solo una cosa más:
«Y estoy seguro de que Dios, que en vosotros comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día en que regrese Jesucristo.» (Filipenses 1:6)
Amén.-