Todo
Entonces me encontraba sola en mi habitación, con una taza de té en mis manos.
Me acomodé en el asiento, y lentamente comencé a mirar a mí alrededor…
Frente a mí, en el fondo… la guitarra colgada, al lado un trozo de madera, parecido a la mitad de un corazón, con la siguiente inscripción que decía:
“El amor nunca deja de ser..”
A la derecha, en la misma verde pared, mis libros… un pequeño estante, en donde estaban mis tesoros… y en la parte superior de él, triunfante… gloriosamente triunfante: La Biblia.
Volteé mis ojos hacia la pared izquierda, y en la parte superior estaba una cruz de madera… una simple y sencilla cruz, que me hacía recordar a diario el precio de mi salvación…
Sí. Si continuara enumerando descubrirías que todo lo que me rodea habla de alguna forma u otra de Él.
Él ha marcado mi vida. Yo no sería quien soy si Él no hubiese decidido venir a morar en mi corazón. Desde el día en que hizo de mi interior Su habitación, he gustado de una paz indescriptible e inigualable.
Esta es la gran verdad de mi vida:
Soy simplemente nada.. TÚ eres el TODO en mí.. Señor!
Podría hacer de esta nota, una larga nota… pero esta vez no lo creo necesario, solo quería recordarme una vez más que Él hace hermosa mi vida. Él me envuelve en un aire de convicción y fe. Él hace que añore más y más estar pronto viéndole cara a cara para decirle con mis ojos agradecidos cuánto le amo!