¿Bella despierta?
Desde que tengo memoria he amado la lectura.. Y desde muy pequeña me regalaron muchísimos cuentos de hadas… sí… De esos en donde hablaban de princesas y príncipes azules… De brujas malvadas, y maldiciones que se rompían con tan solo un beso de amor…
Una de aquellas historias que leí una y otra vez hasta memorizar fue…
«La bella durmiente»
La historia narra que una princesa había sido hechizada… Condenada a dormir hasta el fin de sus días a menos que recibiese un beso… Pero no cualquier beso… Un beso de amor… de verdadero amor.
No bastando con el hechizo, la bruja malvada había adormecido a todos los demás participantes y habitantes del castillo… y así… el tiempo pasaba… y la esperanza residía en solo un beso…
Ellos no lograban reconocer en la condición en la que se encontraban… Los años podían pasar fácilmente… El mundo seguiría girando… y el sueño seguiría siendo su realidad…
Pero un día… Un príncipe apareció… Se enteró de la condición en la que se encontraba este reino abandonado… la maldición que tenían sobre sus vidas… supo también cuál era la solución…
Él ese día se compadeció… algo impactó dentro de su interior… no podía mantenerse con los brazos cruzados ante esa realidad… Él comprendió que la solución residía en Él… en su amor.
Dejó su reino… dejó sus posesiones… Y solo tomó su corcel… Cabalgó grandes distancias… Hasta llegar hasta ese reino abandonado… desolado… adormecido… ignorado.
Con su espada rompió las cerraduras… los grandes pastizales que se habían formado… se abrió paso entre las telarañas… entre las ruinas… y llegó ante la habitación de la hermosa princesa… le amó… si… y luego le vio… porque le amó desde el momento en el que decidió ir en su rescate…
Se acercó lentamente… y con mucha delicadeza tomó su mano… acarició su rostro… y le dio el más profundo y significativo beso de amor… de verdadero amor…
No importaba lo que había dejado atrás… lo que había tenido que enfrentar…
Él sabía que la solución estaba en sus manos… y mágicamente… ella abrió los ojos… le contempló… y sonrió como nunca antes lo había hecho… porque no tan solo había vuelto a vivir… no tan solo se había roto el hechizo… ella reconoció que era amada… que frente a ella… estaba alguien que verdaderamente le amaba.
El reino cobró vida… Volvió la alegría, la paz… la calma… Pero sobretodo… Volvió al amor… Al origen de todo… Y no podemos olvidar… «Fueron felices para siempre”
Jesús dejó Su trono… Dejó Su reino… Porque sabía que sin Él permaneceríamos durmiendo… Sumidos en nuestra oscuridad… En nuestros pecados… lejos de la vida… lejos de todo lo bueno… Lejos de todo lo creado por Él
Él nos amó… y vino a darnos Su vida… Para darnos VIDA eterna
Hoy corono con alabanzas al REY que vino a rescatarnos… corono Su nombre… porque Su amor NO se compara a nada…
¿Bella durmiente? No! Bella despierta.